martes, 8 de marzo de 2011

Cuaresma. Miércoles de Ceniza

 Cuaresma: Camino de libertad



Todo Camino lleva a algún sitio... ¿sabemos dónde vamos?

El itinerario tiene recursos para las necesidades del caminante y señales para que no nos perdamos... ¿conocemos nuestro itinerario? 

Y no podemos recorrer el camino si no vamos provistos de lo necesario... ¿cómo vamos a prepararnos?

El 9 de marzo comienza la Cuaresma, los cuarenta días previos para celebrar los misterios centrales de la fe cristiana. A lo largo de este tiempo, sobre todo en la liturgia de los domingos, hacemos un esfuerzo por recuperar el ritmo y estilo de verdaderos creyentes que debemos vivir como hijos de Dios.

Con la imposición de las cenizas, se inicia una estación espiritual particularmente relevante para todo cristiano que quiera prepararse dignamente para la vivir el Misterio Pascual, es decir, la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor Jesús. La imposición de ceniza en la frente (fruto de la cremación de las palmas  y olivos del año pasado). Se hace como respuesta a la Palabra de Dios que nos invita a la conversión, como inicio y puerta del ayuno cuaresmal y de la marcha de preparación a la Pascua. La Cuaresma empieza con ceniza y termina con el fuego, el agua y la luz de la Vigilia Pascual. Algo debe quemarse y destruirse en nosotros -el hombre viejo- para dar lugar a la novedad de la vida pascual de Cristo.

En la Cuaresma, Cristo nos invita a cambiar de vida. La Iglesia nos invita a vivir la Cuaresma como un camino hacia Jesucristo, escuchando la Palabra de Dios, orando, compartiendo con el prójimo y haciendo obras buenas. Nos invita a vivir una serie de actitudes cristianas que nos ayudan a parecernos más a Jesucristo; por ello, la Cuaresma es el tiempo del perdón y de la reconciliación fraterna.

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