domingo, 20 de marzo de 2011

Pasión de Libertad

¡¡Libres y Felices!!
Una de las primeras personas que visité fue a la Infanta Doña Isabel de Borbón, que siempre me mostró su personal empeño en favorecer mis inquietudes. Tuvimos una conversación entrañable. 

- Admiro tu libertad, Mariana, pues logras lo que tu alma desea, aún cuando todo esté en contra, y lo haces sin herir, y alentando a quienes también aspiran a la verdad pero no son tan valientes.

- Gracias Isabel, eres muy generosa. En mi vida he sido tan favorecida que siento que sería ingrato no ser fiel a los impulsos del corazón, puro regalo de la Gracia... ¿Tú eres feliz, Isabel? - Mi pregunta le sorprendió.

-No sabes cuánto me emociona escuchar esta pregunta. No es frecuente en mi entorno, pues es más importante la fidelidad a las obligaciones que la fidelidad al corazón - me dijo emocionada.

- Te veo cumpliendo fielmente tu deber y compromisos por el bien de tu pueblo y me parece en verdad loable, pero tú no lo has elegido ¿o quizás sí? Por eso te pregunto si eres feliz.

- Recuerdo aquella vez que me hablabas de la vida de los pobres, y cómo en sus condiciones muchos encuentran, con más facilidad que otros que lo tienen todo, la felicidad que sacia al alma.

- También hay pobres infelices, te lo aseguro.

- Yo también puedo asegurarte que hay ricos infelices.

(...)

- Aunque nadie elegimos nuestra condición al venir a este mundo, podemos trabajar con lo que a cada uno Dios nos ha dado... Nosotras somos agraciadas porque tuvimos los apoyos necesarios, y en los sufrimientos y vaivenes de la vida, hemos gozado de las oportunidades necesarias para poder elegir. Pero muchas personas no gozan de estos privilegios, mi querida Isabel.


- Creo que estás pensando en las muchachas de las que me has hablado, las personas desfavorecidas a las que se dirige tu Fundación. Yo pienso en otra gente cercana a mí que malgastan sus muchas oportunidades...


Esa conversación entre Mariana y la Infanta Isabel da mucho que pensar. Nos vamos a fijar en dos cosas: Muchos no tienen las mínimas oportunidades para vivir dignamente. Quizás otros muchos estamos desperdiciando oportunidades, porque no apreciamos lo que tenemos, porque ambicionamos más cuando ni si quiera hemos gozado de lo que hemos estrenado hoy. Piensa esto: tienes otra oportunidad: ¿Qué vas a hacer con ella?


"Tienes otra oportunidad"

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