lunes, 20 de diciembre de 2010

Cuento de Navidad

Era la noche de Navidad. Un ángel se apareció a la dueña de la casa de una rica y le dijo: "Te traigo una buena noticia: esta noche el Señor Jesús vendrá a visitar tu casa". La señora quedó entusiasmada. Nunca pensó que en su casa podía suceder este milagro. Trató de preparar una cena excelente para recibir a Jesús. Encargó pollos, y vinieron importados. De repente sonó el timbre. Era una mujer mal vestida, de rostro sufrido, con el vientre hinchado por un embarazo muy adelantado.

- Señora, ¿no tendría algún trabajo para darme? Estoy embarazada y...
- ¡Vuelva otro día! - respondió la señora interrumpiéndola - Ahora estoy ocupada con la cena para una importante visita.

Poco después, un hombre, sucio de grasa, llamó a la puerta.

- Señora, mi camión se ha averiado aquí en la esquina. ¿Por casualidad no tendría usted una caja de herramientas que me pueda prestar?

La señora, ocupada como estaba limpiando los vasos de cristal y los platos de porcelana, se irritó mucho:

- ¿Piensa que mi casa es un taller mecánico? Por favor, no ensucie mi entrada con esos pies inmundos.

La anfitriona siguió preparando la cena: abrió latas de caviar, puso champagne en la nevera, escogió los mejores vinos, preparó unos cócteles de aperitivo... Mientras tanto alguien fuera batió las palmas. "¡Será que ahora llega Jesús!" pensó ella emocionada y con el corazón acelerado fue a abrir la puerta. Pero no era Jesús. Era un niño harrapiento de la calle.

- Señora, deme un plato de comida.
- ¿Cómo te voy a dar comida si todavía no hemos cenado? Vuelve mañana, porque esta noche estoy muy atareada.

Cuando la cena estaba lista, toda la familia emocionada esperaba la ilustre visita. Pero pasaban las horas y Jesús no aparecía. Cansados de esperar, empezaron a tomar los cócteles... hasta que les venció el sueño e hizo olvidar los pollos y los platos preparados. A la mañana siguiente, se encontró, con gran espanto frente a un ángel.

- ¿Un ángel puede mentir? - gritó ella- Lo preparé todo con esmero, aguardé toda la noche y Jesús no apareció. ¿Por qué me hizo esta broma?
- Yo no mentí, fue usted la que no tuvo ojos para ver - dijo el ángel -. Jesús estuvo aquí tres veces: en la mujer embarazada, en el camionero y en el niño hambriento. Pero usted no fue capaz de reconocerlo y acogerlo.

En los más necesitados está Jesús. ¿Lo reconocemos?

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